Fresa: cómo revitalizar los suelos cansados

Gracias a los prebióticos y los probióticos, la fertilidad de los sustratos de cultivo ya no es un problema

La monosucesión es una práctica cada vez más extendida, incluso en fresa. La lógica del mercado moderno fomenta esta estrategia de cultivo que, al margen de las ventajas, también presenta problemas críticos relacionados con el mantenimiento de la salud del suelo.

¿Pueden evitarse estos problemas? ¿Y cómo? En este estudio en profundidad analizaremos los problemas y las posibles soluciones para no perder productividad.

 

LA FATIGA DEL SUELO

La fatiga del suelo es un fenómeno típico de las parcelas agrícolas en las que se realizan plantaciones repetidas del mismo cultivo o de especies similares. En los denominados “suelos cansados” las plantas presentan dificultades de desarrollo, atrofia radicular, retrasos en la maduración y, de forma más general, una importante reducción del potencial productivo. La monosucesión provoca de hecho alteraciones en el sistema suelo-planta, atribuibles a uno o más de los siguientes elementos:

  • reducción de la cantidad de materia orgánica en el suelo;
  • deterioro de la estructura del suelo;
  • variación de la disponibilidad hídrica y nutricional;
  • obstáculo para el desarrollo de microorganismos beneficiosos;
  • intensificación de la carga y de la virulencia de bacterias, virus y hongos patógenos;
  • aumento de la concentración de sustancias tóxicas.

 

LAS «ENFERMEDADES» DE LA REIMPLANTACIÓN

En suelos en los que ocurren algunas o todas las condiciones adversas mencionadas anteriormente, el cultivo de fresa puede volverse cada vez más complicado o incluso desventajoso con el tiempo. En presencia de estos fenómenos, de hecho, el sistema radicular y los tejidos vasculares de la planta pueden sufrir daños graves o no desarrollarse adecuadamente.

La reducción del flujo hídrico-nutritivo hacia los órganos epígeos implica, por lo tanto, el colapso de la planta y la manifestación de un deterioro progresivo del cultivo de la fresa. En las plantas afectadas por esta fisiopatía se observa enrojecimiento de los bordes de las hojas, desecación de la vegetación a partir de las hojas externas hasta, en casos severos, la muerte de la planta. Cuando las infecciones son precoces, se observa un desarrollo deficiente de la planta.

Con frecuencia, las plantas más débiles también son atacadas por patógenos particularmente agresivos y persistentes como Verticillium, Rhizoctonia, Fusarium, Phytophthora y nematodos.

 

MONOSUCESIÓN EN FRESA: LOS RIESGOS BIOLÓGICOS

En los suelos que albergan el cultivo de la fresa durante varios años, un importante factor limitante que afecta la productividad del cultivo es el empobrecimiento de la flora microbiana dn la rizosfera. La ocupación del suelo en monocultivo, gracias a las intervenciones de control de plagas que se realizan con frecuencia, puede conducir a un lento proceso de selección y muerte de la población microbiana que allí reside naturalmente.

Cabe recordar que los microorganismos del suelo cumplen funciones fundamentales para el crecimiento de los cultivos, ya que son capaces de establecer una serie de relaciones mutuamente beneficiosas con las plantas, definidas con el términomutualismo. A cambio de depósitos y exudados radiculares, necesarios para el crecimiento de muchos microorganismos, el microbioma estimula el desarrollo de los capilares radiculares, fertiliza el sustrato y crea un ecosistema radicular favorable, dificultando el desarrollo de patógenos (exclusión competitiva).

 

MONOSUCESIÓN EN FRESA: PROBLEMAS QUÍMICO-FÍSICOS

Otro aspecto a considerar es el ligado a las fitotoxinas: el metabolismo de crecimiento de las plantas produce de hecho residuos y exudados tóxicos, liberados y acumulados en el suelo. A la larga, estas sustancias crean condiciones hostiles para los capilares de las plantas de fresa jóvenes replantadas en el mismo suelo, cuyo crecimiento esta inhibido.

Finalmente, los ciclos de cultivo cada vez más cortos y cercanos, combinados con la imposibilidad de practicar abono verde o incorpor estiércol al suelo, no permiten el mantenimiento de un nivel óptimo de materia orgánica, que inexorablemente cae por debajo de niveles críticos. El resultado es una pérdida de estructura y fertilidad del suelo, que reduce las posibilidades de intercambio hídrico-nutricional y transforma la rizosfera en un ambiente asfixiado e inhóspito tanto para las raíces como para el microbioma beneficioso.

 

CÓMO COMBATIR LA FATIGA DEL SUELO

Para contrarrestar la fatiga del suelo, Biolchim ha desarrollado una estrategia innovadora, que se basa en el uso revolucionario de prebióticos y probióticos en la agricultura.

  • Los prebióticos son mezclas de nutrientes que promueven el crecimiento del rizobioma y los microorganismos asociados. Con su acción, promueven la vitalidad de los suelos.
  • Los probióticos son inoculaciones de microorganismos beneficiosos, seleccionados para cepas individuales o en consorcio, capaces de establecer una relación mutuamente beneficiosa con la planta (mutualismo). Estas formulaciones «introducen vida» en el suelo.

Del estudio de los mecanismos que regulan la relación entre microorganismos, plantas y parásitos del suelo, nacen VHERA LIFE® y VHERA®: los primeros agroformulados con acción prebiótica y probiótica.

VHERA LIFE®, el prebiótico, es un bioestimulante de las raíces y del microbioma del suelo. Su formulación rica en terpenos, betaínas y nutrientes de alto valor biológico, favorece la multiplicación y la actividad de los microorganismos beneficiosos de la rizosfera, favoreciendo simultáneamente el desarrollo y ramificación de la raíz.

VHERA®, el probiótico, es una formulación especial basada en la inoculación de hongos micorrízicos y de bacterias de la rizosfera. Al traer hongos y bacterias antagonistas, incluidas las esporas de Pochonia chlamydosporia, repobla y fortalece el rizobioma, dificultando la actividad de los parásitos telúricos y favoreciendo el mantenimiento de las funciones productivas vegetativas incluso en condiciones adversas.

 

LA ESTRATEGIA EN CULTIVOS DE FRESA EN MONOSUCESIÓN

En fresa, Biolchim sugiere el uso de VHERA LIFE® y VHERA® en fertirrigación, a partir de la fase post-trasplante. Esta primera intervención debe ser seguida de forma periódica, con especial atención a las fases de floración temprana y crecimiento del fruto, que requieren un elevado gasto energético por parte de la planta.

Aplicados en sinergia, VHERA® y VHERA LIFE® mejoran el desarrollo y la funcionalidad del sistema radicular, aumentan la disponibilidad de nutrientes y aumentan la resistencia de la planta al estrés ambiental (resiliencia). Por lo tanto, permiten preservar niveles óptimos de producción y calidad, incluso en suelos cansados, desestructurados y/o problemáticos por la presencia de patógenos y/o parásitos telúricos.

Esta estrategia, permitida en la agricultura ecológica, puede integrarse plenamente con intervenciones químicas para la desinfesión de los suelos y para la defensa del cultivo.